"Cuando la administración Reagan comenzó su guerra contra Nicaragua sentí una afinidad más honda hacia ese pequeño país de un continente (América Central) que nunca había sido pisado. Cada vez me interesaban más sus asuntos, porque al cabo yo también soy hijo de una revuelta victoriosa contra una gran potencia, mi conciencia es producto de la revolución india. Tal vez lo que ocurre es que los que no somos oiriginarios del poderoso Occidente o del Norte, tenemos algo en común, desde luego nada que tenga que ver con una actitud unificada <<tercermundista>>, pero sí al menos cierto conocimiento de lo que significa ser débil, cierta idea de lo que es ver las cosas desde abajo y de lo que es estar ahí, en el suelo, esperando la bota que va a pisarte."
Salman Rusdhi, La sonrisa del jaguarEditorial Alfaguara, pág. 14
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