Mis collages I, por Suna

Mis collages I, por Suna

lunes, 7 de octubre de 2013

LA LITERATURA DE POSTGUERRA


ANTOLOGÍA POÉTICA
4º ESO   
 Prof.: Suna R. F.


AÑOS 40:

EVOLUCIÓN DE LA POESÍA DESARRAIGADA:

LA POESÍA SOCIAL

La posguerra trajo consigo dos tendencias líricas opuestas:
1.       La poesía arraigada, de tono clasicista y conservador, fue cutivada por autores como Leopoldo Panero, Dionisio Ridruejo o Luis Rosales.

2.      La poesía desarraigada manifiesta la desesperanza y el desarraigo vital provocados por la guerra. El iniciador de esta corriente es Dámaso Alonso, cuya obra, Hijos de la ira (1944) se convirtió en un modelo para otros autores.

DÁMASO ALONSO



Reseña biográfica:

Poeta e historiador español, nacido en Madrid en 1898.

Su principal aportación a las letras es una impresionante actividad filológica que lo llevó a dirigir 

la Real Academia Española entre 1968 y 1982 y a recibir el Premio Cervantes en 1978.

Licenciado en Derecho y Filosofía y Letras, fue crítico literario, editor de clásicos, antólogo y traductor. 

Perteneció a la Academia de la Historia y fue Doctor Honoris Causa y conferencista en varias universidades 

europeas y americanas.

Obra poética: «Poemas puros», «Poemillas de la ciudad», «El viento y el verso, «Hijos de la ira», 

«Hombre y Dios», «Gozos de la vista» y «Duda y amor sobre el Ser Supremo».
Falleció en Madrid en 1990. 


 Poema extraído del libro, Hijos de la ira (1944), de 

Dámaso Alonso:

Insomnio

Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres

(según las últimas estadísticas).

A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo

en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,

y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los

perros,

o fluir blandamente la luz de la luna.

Y paso largas horas gimiendo como el huracán,

ladrando como un perro enfurecido,

fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca 

amarilla.

Y paso largas horas preguntándole a Dios,

preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,

por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta 

ciudad de Madrid,

por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en 

el mundo.

Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra 

podredumbre?

¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,

las tristes azucenas letales de tus noches?

Breve comentario del texto:

Localización: Dámaso Alonso pertenece a los poetas de la generación del 27. Insomnio fue escrito en 1940, en los momentos más duros de la posguerra española.
Análisis del contenido: En este poema refleja una gran repugnancia y pesimismo del mundo que le rodea. Compara Madrid con un gran cementerio, una ciudad que no está habitada por hombres sino por cadáveres. Podríamos decir que se trata del lamento de un cadáver. Relaciona los cadáveres de Madrid con los cadáveres del resto del mundo. También se refleja la indignación del poeta ante Dios. El poeta le pregunta el porqué de tanta crueldad y muerte. Nos presenta la ciudad de Madrid, como una ciudad habitada por muertes y no por hombres.
Tema: El tema central es el sufrimiento y la desolación.
Análisis de la forma:  Este poema está compuesto por 10 versos de larga longitud. El más corto es alejandrino y el más largo estás formado por 48 silabas. Utiliza recursos lingüísticos como anáforas: “y paso largas horas”. Paralelismos, metáforas “nicho”, “me pudro”.
 Conclusión: En este poema el poeta refleja su desolación, sufrimiento y visión pesimista del mundo por la época que le ha tocado vivir, la posguerra española.


GABRIEL CELAYA


Poema: La poesía es un arma cargada de futuro

Incluída en el Poemario: Cantos íberos, 1955

La poesía es un arma cargada de futuro

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, 
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, 
fieramente existiendo, ciegamente afirmado, 
como un pulso que golpea las tinieblas, 

cuando se miran de frente 
los vertiginosos ojos claros de la muerte, 
se dicen las verdades: 
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades. 

Se dicen los poemas 
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, 
piden ser, piden ritmo, 
piden ley para aquello que sienten excesivo. 

Con la velocidad del instinto, 
con el rayo del prodigio, 
como mágica evidencia, lo real se nos convierte 
en lo idéntico a sí mismo. 

Poesía para el pobre, poesía necesaria 
como el pan de cada día, 
como el aire que exigimos trece veces por minuto, 
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan 
decir que somos quien somos, 
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. 
Estamos tocando el fondo. 

Maldigo la poesía concebida como un lujo 
cultural por los neutrales 
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. 
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse. 

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren 
y canto respirando. 
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas 
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, 
y calculo por eso con técnica qué puedo.
 
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
 
que trabaja con otros a España en sus aceros.
 

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
 
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
 
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
 
con que te apunto al pecho.
 

No es una poesía gota a gota pensada.
 
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
 
Es algo como el aire que todos respiramos
 
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
 

Son palabras que todos repetimos sintiendo
 
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
 
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
 

Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.


BLAS DE OTERO





Lo eterno
Un mundo como un árbol desgajado.
Una generación desarraigada.
Unos hombres sin más destino que
apuntalar las ruinas.
Rompe el mar  en el mar,
como un himen inmenso,
mecen los árboles el silencio verde,
las estrellas crepitan, yo las oigo.
Sólo el hombre está sólo. Es que se sabe
vivo y mortal. Es que se siente huir
— ese río del tiempo hacia la muerte —.
Es que quiere quedar. Seguir siguiendo,
subir, a contra muerte, hasta lo eterno.
Le da miedo mirar. Cierra los ojos
para dormir el sueño de los vivos.
Pero la muerte, desde dentro, ve.
Pero la muerte, desde dentro, vela.
Pero la muerte, desde dentro, mata.
...El mar —la mar—, como un himen inmenso,
los árboles moviendo el verde aire,
la nieve en llamas de luz en vilo...

En los poemas de tipo "religioso" aparece Dios como el ser rabiosamente deseado. Son numerosos estos poemas; entre ellos podemos citar: Tú que hieresHombreIgual que nosotrosHombre en desgracia y Estos poemas. En todos ellos el ansia de Dios se entremezcla con la angustia existencial. El poeta busca a Dios y no sabe encontrarlo. En el soneto Hombre aparece dramáticamente descrita esta búsqueda.

Hombre
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.

Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.

Alzo la mano, y tú me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
!Ángel con grandes alas de cadenas!


Aquí tenéis, en canto y  alma, al hombre...

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre 
aquel que amó, vivió, murió por dentro 
y un buen día bajó a la calle: entonces 
comprendió: y rompió todos sus versos. 

Así es, así fue. Salió una noche 
echando espuma por los ojos, ebrio 
de amor, huyendo sin saber adónde: 
a donde el aire no apestase a muerto. 

Tiendas de paz, brizados pabellones, 
eran sus brazos, como llama al viento; 
olas de sangre contra el pecho, enormes 
olas de odio, ved, por todo el cuerpo. 

¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces 
en vuelo horizontal cruzan el cielo; 
horribles peces de metal recorren 
las espaldas del mar, de puerto a puerto. 

Yo doy todos mis versos por un hombre 
en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso, 
mi última voluntad.  Bilbao, a once 
de abril, cincuenta y uno.

                                       Blas de Otero



AÑOS 50: 
           
        LA GENERACIÓN DE LOS AÑOS 50 y 60

Autores: Claudio Rodríguez, Jaime Gil de Biedma, Jose Ángel Valente,Jose Agustín Goytisolo y Ángel González




ÁNGEL GONZÁLEZ


Reseña biográfica:
Poeta, catedrático y ensayista español nacido en Oviedo en 1922.

Su poesía, llena de contrastes, discurre entre lo efímero y lo eterno, características que llevan al lector a divagar y soñar en los temas del amor y de la vida.

Fue maestro nacional, licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo y periodista por la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid. Enseñó Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Alburquerque, USA, habiendo sido profesor visitante en las de Nuevo México, Utah, Maryland y Texas.

Miembro de la Real Academia Española, fue galardonado, entre otros, con el Premio Antonio Machado en 1962, el Premio Príncipe de Asturias en 1985, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1996 y el Primer Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada en el año 2004.
De su obra se destacan los títulos: "Áspero mundo" 1955 , "Sin esperanza, con convencimiento"1961, "Grado elemental" en 1961, "Tratado de urbanismo" 1967, "Breves acotaciones para una biografía" 1971, "Prosemas o menos" 1983, "Deixis de un fantasma" 1992 y su último libro,"Otoño y otras luces" 2001.
Falleció en Madrid el 12 de enero de 2008. ©


Elegido por aclamación

 Sí, fue un malentendido.
   Gritaron: ¡a las urnas!
y él entendió: ¡a las armas! -dijo luego.
Era pundonoroso y mató mucho.
Con pistolas, con rifles, con decretos.
Cuando envainó la espada dijo, dice:
La democracia es lo perfecto.
El público aplaudió. Sólo callaron,
impasibles, los muertos.
El deseo popular será cumplido.
A partir de esta hora soy -silencio-
el Jefe, si queréis. Los disconformes
que levanten el dedo.
Inmóvil mayoría de cadáveres
le dio el mando total del cementerio

Epílogo

Me arrepiento de tanta inútil queja,
  de tanta tentación improcedente.
Son las reglas del juego inapelables
y justifican toda, cualquier pérdida.
Ahora
sólo lo inesperado o lo imposible
podría hacerme ll0rar
 una resurrección, ninguna muerte.


LUIS ANTONIO DE VILLENA




Príncipe di Montenevoso


Soy de los que ardienteme detestan la injusticia,
de los que creen que es indigno
 casi cualquier privilegio;
y al tiempo soy clasista y amo la diferencia.
Creo en el pueblo y me llena de rabia la pobreza,
mas soy también feroz individualista, singular extremo.

Amo al amor sobre todas las cosas, detesto la ternura.
Soy altivo, intolerante, fuerte; pero débil como un niño pequeño.
Aplaudo al que lo mata, mas me uno con el Zar y su destino.
Creo en la bondad como en un bien supremo,
mas haciendo daño - hay días- experimeto júbilo.
Vivo en soledad la plenitud más alta,
aunque el mundo me llame y su halago me encienda.
La vida me gusta toda, fervor de mis sentidos,
pero a su vez la muerte me tienta serenísima.
Soy de los que viven y quiere ya estar muertos.
Me gusta el sol y el infinito placer de los crepúsculos




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